Bajista y directora de orquesta de jazz
Thelma Combes nació en Bangor (Michigan) el 30 de septiembre de 1901. Sus padres se divorciaron cuando ella era muy pequeña. Su madre, con tres hijas, se trasladó a Chicago (Illinois), donde trabajó como costurera en casa de una adinerada familia que estaba relacionada con el negocio de la música. Esta amable gente le proporcionó a Thelma la oportunidad de terminar su educación secundaria y de estudiar música, ambas cosas totalmente infrecuentes para una chica de cualquier clase social en la década de los años 20.
Thelma eligió como instrumento el contrabajo y, después de graduarse en Austin Union High School, trabajó como primera instrumentista en la Orquesta Sinfónica Femenina de Chicago. Pero pronto se cambió al jazz, el género de música más popular de la época, que le ofrecía un mayor margen de expresión artística y donde también se ganaba más dinero.
No está claro cómo Thelma llegó a interesarse por el jazz. Empezó actuando en clubs nocturnos de Chicago, en los que rápidamente consiguió un notable prestigio.
En 1925, la contrataron como miembro de la orquesta del restaurante Colosimo’s, propiedad de un conocido gánster, donde la joven, además de tocar el contrabajo, también cantaba en alguna ocasión. Con cierta frecuencia, las actuaciones de la banda se retransmitían por radio.
"Big Jim" Colosimo fue el principal mafioso de Chicago hasta 1920 y en su local podían coincidir estrellas de la talla de Enrico Caruso y Sophie Tucker con personajes que desarrollaban actividades propias de los bajos fondos. En aquellos días, un músico de jazz tenía que estar en contacto con gánsteres debido a su trabajo, y Thelma no fue la excepción. Aunque ello no implicara nada ilegal por su parte, se deduce que era una mujer osada, muy fuerte e independiente, que podía tratar con importantes mafiosos como Al Capone (a quien conocía personalmente) a la vez que con populares intérpretes, compositores y ejecutivos pertenecientes al negocio de la música.
Más tarde, formó una banda enteramente femenina, Thelma Combes and her Volcanic Orchestra, que actuó en Chicago y sus alrededores. En unos momentos en que los contrabajistas simplemente mantenían el ritmo en un segundo plano, ella se distinguía no sólo por su virtuosismo técnico sino también por su creatividad, su atrevimiento melódico y su enérgica comunicación con el resto de la banda.
Eddie Condon, famoso intérprete de banjo y guitarra, cantante y director de banda, contó:
A finales del verano de 1926 fui a trabajar a Vanity Fair, un café con espectáculo, baile, cantantes, hombres divertidos, chicas y muchos clientes. El líder de la banda era el violinista Art Cope; Jack Gardner, que acababa de escribir una canción de éxito, Bye Bye Pretty Baby, tocaba el piano y Teddy Arnold, la batería. Cuando me presenté allí la primera noche, vi un contrabajo apoyado en un rincón. Mientras estaba afinando mi banjo, entró una hermosa chica. Vino hacia mí, se subió al estrado y tomó el instrumento. "Encantada de verte, me dijo, soy la bajista". Se llamaba Thelma Coombs y procedía de la banda que actuaba anteriormente en el local. Cuando la escuché detrás de mí en el primer número, supe que tenía un auténtico talento musical. Pensé, esto es maravilloso: una joven guapa en la sección de ritmo, un establecimiento de primera clase y una buena paga. El trabajo duró diez meses. Ganaba más de cien dólares a la semana y, durante todo ese invierno, Thelma fue mi chica.
Según la hermana de Thelma, ésta nunca se relacionó con él fuera del ámbito musical. Una fantasía de Condon que, además de equivocarse en el apellido de la joven, por lo que se dice, era algo bocazas y presumía de conquistador.
En 1927, la orquesta Al Short-Ted Leary Band, en la que participaba Thelma, actuó en el Teatro Piccadelly, una sala de cine situada en la zona Hyde Park de Chicago. La sorprendente calidad de la banda captó la atención de un reportero de Variety, que publicó en el número del día 6 de abril una crónica sobre el espectáculo en la que decía: "Una guapa chica toca el contrabajo, con técnica y aplomo. Ocupa el centro del escenario y, por supuesto, es el foco de atracción, a la vez que un problema".
Inmediatamente, el sello discográfico MCA (Music Corporation of America) la contrató, cambió su nombre artístico y la puso al frente de una banda masculina, Thelma Terry and her Playboys. La joven contrabajista contrató a unos músicos que, con el paso del tiempo se convertirían en grandes estrellas del jazz, entre ellos el batería Gene Krupa. El saxo tenor Bud Freeman estaba tan entusiasmado con el trabajo de la orquesta que pagó a otro músico para que ocupara su puesto en la Spike Hamilton Band, donde actuaba, para poder unirse a los Playboys.
El éxito fue arrollador. MCA anunciaba a Thelma como “la bella sirena rubia de la síncopa”, “la princesa del jazz” y “la Paul Whiteman femenina”. En 1928, Thelma Terry and her Playboys grabaron seis canciones: cuatro en Chicago y dos en Nueva York, con un grupo de músicos en Chicago y otro completamente diferente en Nueva York. Hoy son piezas de coleccionistas. Bill Otto (que era el pianista en las grabaciones de Chicago) recordaba a Thelma como una mujer extraordinariamente atractiva y dijo que, desde el punto de vista profesional, se entendió muy bien con ella. Él no intentó acercamientos eróticos, como hicieron otros miembros de la banda, acercamientos que ella siempre rechazó.
Al mismo tiempo, el sello discográfico organizó una gran gira por todo el territorio nacional tocando, entre otras ciudades, en Atlantic City, Nueva York y Kansas City, y por supuesto en el Golden Pumpkin de Chicago.
Thelma Terry and her Playboys es posiblemente una de las bandas más notables de la historia del jazz y de la música de baile. Algunos decían que se debía a que estaba dirigida por una mujer joven y hermosa. Pero no era cierto. Había otras bandas dirigidas por chicas muy atractivas, pero Thelma no era sólo guapa; tocaba el contrabajo extraordinariamente bien, con el mismo gusto, seguridad y técnica que los entonces máximos exponentes masculinos de ese instrumento, como Wellman Braud, Pops Foster, Art Miller, Joe Tarto o Cyrus St. Clair.
El éxito musical fue enorme, pero Thelma, se sentía muy desgraciada. Estaba prácticamente sola en su profesión y no le resultaba fácil tocar jazz de la forma que le hubiera gustado. Los miembros masculinos de la banda no la respetaban, eran indisciplinados e insubordinados y, como algunos cínicamente reconocieron, sólo querían acostarse con ella.
Otro gran problema era la naturaleza solitaria del trabajo en sí mismo: días y días de aburrimiento en los trenes y en los hoteles. Thelma había llevado esta vida desde que era una niña y se sentía muy cansada justo en el momento en que su carrera parecía ofrecerle las mayores expectativas. Parece ser que Columbia Pictures pensó en ella para interpretar el film sonoro Broadway Scandals (1929) como inicio de una posible carrera cinematográfica. Lo que es seguro es que MCA había planeado una gira internacional de la banda partiendo de Berlín (Alemania) en 1929, lo que indicaba la alta posición que disfrutaba en ese momento dentro del mundo de la música.
En el verano de ese año, la orquesta recaló en Savannah (Georgia), donde Thelma conoció a Willie Haar, un próspero hombre de negocios de la localidad y empezó a salir con él. La solución que ella encontró a sus problemas fue el matrimonio. Así que en septiembre de ese año, cuando se suponía que debía iniciar la gira por Europa, disolvió la banda y se casó con Haar. A MCA no le sentó nada bien esta decisión. Fue una enorme decepción y un duro golpe para los planes que el sello tenía preparados para su estrella.
En 1931 nació su hija Patti; sin embargo, Thelma no encontró la felicidad con su marido, que también era un hombre muy independiente, pero que quería una esposa tradicional, papel que Thelma, debido a su acusada personalidad, nunca aceptó.
En 1936 se divorciaron. Ella regresó con la niña a Chicago, pero tuvo enormes dificultades para encontrar trabajo debido a las penurias que había causado la Depresión. Es muy posible que MCA, como represalia, tuviera alguna culpa de estas dificultades, cosa difícil de probar. Pero, sin duda, tampoco facilitaba las cosas el hecho de ser mujer. Por otra parte, los músicos a los que había apoyado, como Gene Krupa y Bud Freeman, ahora eran celebridades internacionales, ¿por qué no la ayudaron?.
Así que decidió volver a Michigan y renunció a la música para llevar una vida tranquila, primero como madre y luego como abuela, trabajando en lo que buenamente pudo. Por ejemplo, enseñando a tejer…
A principios de los años cincuenta, Thelma se mudó a Miami (Florida) y vivió allí durante la mayor parte de esa década, regresando a Michigan para visitar a su familia en 1956 con motivo de la boda de Patti. La música y el espectáculo habían quedado atrás, olvidados. Sin embargo, en algunas ocasiones, visitaba a viejos amigos de aquella época.
Según cuenta su hija, en 1959 acompañó a su madre a un concierto de Gene Krupa, que se había convertido en una gran estrella del jazz. Al acabar la actuación, se acercaron al camerino para saludarle. Él, aunque la acogió con gran cariño, se quedó cortado al verla porque en ese momento Columbia Pictures estaba rodando una mixtificada biografía del famoso batería, en la que Sal Mineo encarnaba al joven Krupa.
El guión no mencionaba en ningún momento el papel que Thelma había representado en el inicio de la carrera de Gene, al que ofreció todo su apoyo y le proporcionó sus primeros trabajos importantes. Éste se disculpó, alegando que, como ella se había retirado hacía mucho tiempo, ya no era conocida por el gran público.
Con sencillez y claridad, Thelma le dijo que no le importaba ni el olvido suyo ni el del público, que ella tenía ahora su propia vida.
Curiosamente, nunca le gustó el nombre de Thelma, que sólo utilizaba la gente del espectáculo; amigos y familiares la llamaban Terry, de ahí su elección de “Thelma Terry” como nombre artístico.
Falleció de cáncer de esófago en Michigan, donde vivió los últimos años con su familia, el 30 de mayo de 1966 a los 64 años de edad.
Los escasos registros que Thelma realizó son muy apreciados todavía. El conocido comentarista y coleccionista de discos Brian Rust afirma que estas grabaciones atestiguan la inteligencia y la habilidad de una buena jazzista, que tocaba el contrabajo de cuerda con técnica, gusto y seguridad. Bajo su dirección, la banda se adaptaba perfectamente a los diversos estilos de su época, pero con un sonido que hoy no parece anticuado, a diferencia del de otras agrupaciones contemporáneas suyas.
Merece la pena recordar a Thelma Terry porque fue una mujer que luchó con valentía y tesón para que se apreciara su gran talento musical por encima de su belleza. Además, no se aprovechó de ésta para conseguir el éxito. La historia de su vida sigue teniendo un enorme interés por su rectitud y discreción y por su competencia profesional.
GRABACIONES
Lady of Havana (Chicago, 29 de marzo de 1928)
Thelma Terry (contrabajo, directora), Carl Rinker, Johnny Mendel (trompeta), Floyd O’Brian (trombón), Phil Shukin (clarinete, saxo tenor), Mike Platt (clarinete, saxo alto), Bud Jacobson (clarinete), Bill Otto (piano), Roy Campbell (banjo), Gene Krupa (batería)
The Voice of the Southland (Chicago, 29 de marzo de 1928)
Thelma Terry (contrabajo, directora), Carl Rinker, Johnny Mendel (trompeta), Floyd O’Brian (trombón), Phil Shukin (clarinete, saxo tenor), Mike Platt (clarinete, saxo alto), Bud Jacobson (clarinete), Bill Otto (piano), Roy Campbell (banjo), Gene Krupa (batería)
Starlight and Tulips (Chicago, 29 de marzo de 1928)
Thelma Terry (contrabajo, directora), Carl Rinker, Johnny Mendel (trompeta), Floyd O’Brian (trombón), Phil Shukin (clarinete, saxo tenor), Mike Platt (clarinete, saxo alto), Bud Jacobson (clarinete), Bill Otto (piano), Roy Campbell (banjo), Gene Krupa (batería)
Mama’s Gone, Goodbye (Chicago, 29 de marzo de 1928)
Thelma Terry (contrabajo, directora), Carl Rinker, Johnny Mendel (trompeta), Floyd O’Brian (trombón), Phil Shukin (clarinete, saxo tenor), Mike Platt (clarinete, saxo alto), Bud Jacobson (clarinete), Bill Otto (piano), Roy Campbell (banjo), Gene Krupa (batería)
Dusky Stevedore (Nueva York, 27 de septiembre de 1928)
Thelma Terry (contrabajo, directora), Dub Fleming (corneta), Warren Smith (trombón), Pat Davies (clarinete, saxo tenor), Earl Gray (saxo alto), Charles Domberger (clarinete, saxo alto), Bob Zurke (piano), George Shirley (banjo), Joe Davis (batería, vocal)
When Sweet Susie Goes Steppin’ By (Nueva York, 27 de septiembre de 1928)
Thelma Terry (contrabajo, directora), Dub Fleming (corneta), Warren Smith (trombón), Pat Davies (clarinete, saxo tenor), Earl Gray (saxo alto), Charles Domberger (clarinete, saxo alto), Bob Zurke (piano), George Shirley (banjo), Joe Davis (batería), Wayne Smith (vocal)
Según la opinión de destacados comentaristas, Mama’s Gone, Goodbye es la mejor de estas seis grabaciones. En ella, Terry marca el tiempo al comienzo de la canción y impulsa el swing en todo momento. En Lady of Havana, la interpretación de Terry es excelente. Ella y la banda evocan de manera creíble la sensación cubana de la pieza mientras ejecutan un arreglo que da la oportunidad de brillar a cada uno de los músicos. Los restantes registros tienen menor interés y calidad.
A su juicio, ambos temas deberían formar parte de cualquier biblioteca sobre el jazz, especialmente si se trata de estudiar el papel de las mujeres en este género musical. Todos ellos consideran a Thelma Terry entre los mejores contrabajistas de la época anterior al bebop.
FMR / 2019
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